LA FRASE DEL PERIODO DE TIEMPO QUE VA DESDE SU PUBLICACION HASTA SU REEMPLAZO POR OTRA

"Sin la facultad de olvidar, nuestro pasado tendría un peso tal sobre nuestro presente, que no soportaríamos abordar un solo instante más, y mucho menos entrar en él. La vida sola le resulta soportable a los caracteres triviales, a aquellos que, precisamente, no recuerdan."
(E.M. Cioran)

lunes, 26 de noviembre de 2012

HISTORIETA POR ENTREGAS

Dejen la onicofagia, que no se suspendió nuestra cautivante Las morsas y el circunloquio. En esta nueva entrega, más revelaciones y misterios que no hacen más que nutrir el complejísimo e irresistible argumento.

jueves, 22 de noviembre de 2012

ABREVIEMOS, QUE HAY MUCHO PARA NO HACER

La gente está muy ocupada, haciendo cosas mucho muy importantes, así que hay que abreviar. Es lógico, cuando uno pasa muchas horas del día inmerso en la reflexión, en la instrospección y en el desarollo espiritual, no hay tiempo como para escribir palabras tan largas como:
n              o              v              i               e               m               b               r               e



o

d              i              c              i              e              m              b              r              e

y ni que hablar de:           

f                                      e                                                                                b                                                                             r                                                        e                                                                                       r                                                            o

Así que es lógico que encontremos titulares tan insoportables como los siguientes:


Posiblemente pronto los niños comiencen a aprender en las escuelas acerca de la importancia del 25M, del 9J, del 12O, del 2CV, del WD40 del 112Ñ y de tantos otros.

jueves, 8 de noviembre de 2012

5 AÑOS DE NADA

Nuestro espacio cumplió cinco años. Muchos no habrán vaticinado más de cinco horas de existencia, pero aquí estamos, con un duro lustro en las espaldas.
A veces NADA me parece muy buena página, a veces no. Pero algo es seguro: es coherente (aún dentro de su aparente caos) y es incomprendida. Debo admitir que me desilusiona bastante la reacción nula del público, pero a la vez, pocas ilusiones previas tenía, así que raramente pude haberme desilusionado.
Hoy por hoy, NADA sigue, a pesar de toda la marea negra que siempre baña nuestras costas, o tal vez por ese motivo. ¿Cinco años más? Tal vez sean cinco minutos, tal vez cinco meses, no lo sabemos. Pero algo es seguro: cinco décadas más son muy poco probables, y cinco siglos, ni les cuento.
Gracias a todos los que hacen posible NADA (ustedes saben quienes son, y si tienen dudas, pregunten).

REGINA


Algunos seres son destellos. Regina fue eso, nos dejó demasiado temprano, pero siempre nos encandiló lo suficiente como para que ese fulgor sea ya eterno. Hay que evitar ser melodramático en la vida, pero mis palabras no son más que sinceridad pura, ajena a toda afectación: siento que se llevaron un pedazo de mí. Desde acá recordamos a esa perra a la que le alcanzaron menos de dos años para ser eterna. Adiós, pequeña orejuda.


Foto: Natalia Olmos

viernes, 2 de noviembre de 2012

CONOZCA AL STAFF (DENTRO DE LO PERMITIDO)

Algunos de los más afamados miembros de nuestro staff generan una extraña fascinación en los lectores, quienes exigen conocer más acerca de ellos. En esta oportunidad, les traemos algunos datos acerca del especialista en temas amorosos: Eduardo Carranza.

EDUARDO CARRANZA

Eduardo Carranza nació en el norte del Gran Buenos Aires en 1958. No se tienen demasiados detalles acerca de su vida excepto un listado en constante crecimiento de desengaños amorosos. Tras encontrarlo sentado en una vereda llorando por una malaverense (¿malavesina? ¿malaveraniega?), Rne decidió invitarlo a dirigir el muy requerido correo sentimental de NADA.

Carranza amó a Jane Fonda en
secreto por 16 años.

Trivia
•Su nombre apareció incorrectamente como "Adolfo Carranza" en los primeros correos sentimentales de NADA.
•Carranza ganó la medalla de oro en Munich '72 en la disciplina "baile de malambo en ascensor en movimiento a oscuras".



UN GRAN AÑO PARA NEIL


Compre este disco
 
 
Este también
Si ignoramos algunos primitivos proyectos anteriores de corta duración y de fama barrial y consideramos el primer disco de Buffalo Springfield como el real comienzo de su carrera, Neil Young lleva ya 46 años haciendo música. A pesar de tan largo trayecto, no se lo nota cansado a este hombre que está a días de cumplir 67 años, sino todo lo contrario, de hecho. Hace unos meses editó Americana, y ahora nos trae su nueva obra, Psychedelic Pill. Lo destacable es no solo la calidad de ambos discos, sino también el hecho de que ocuparán un lugar especial en su vasta discografía. Americana consiste en una colección de versiones de antiguos temas (algunos clásicos, otros de origen oscuro) del cancionero tradicional estadounidense. Psychedelic Pill, por su parte, nos presenta la última cosecha compositiva de Young. Su guitarra de timbre distorsionado inigualable resuena a lo largo de extensos pasajes, de los más largos que haya editado en toda su historia. Hoy en día no resulta frecuente que un grupo incorpore un tema de 27 minutos en un disco, pero a Neil no parece interesarle. Tampoco está interesado en la tendencia actual de que muchos los discos estén espantosamente masterizados a un nivel de decibeles excesivamente alto que arruina la fidelidad del sonido, y con procesos de compresión que anulan toda posibilidad de sutileza sonora. Los discos de Neil Young (grabados en cintas análogas), tienen un sonido cálido, natural, agradable, claro, exótico para los tiempos que corren (lo mismo puede decirse del último disco de Dylan, dicho sea de paso). Y si bien Young manifiesta (inclusive en sus letras) su desprecio por el sonido comprimido en MP3, el disco sigue sonando perfectamente bien en dicho formato.
Otra particularidad de los dos discos que Young editó este año es la banda que lo acompaña: nada más y nada menos que Crazy Horse, compañeros fieles (con intermitencia) desde 1969, pero que no grababan junto a él desde el disco conceptual Greendale, en 2003. Rústicos, sólidos y efectivos, los Crazy Horse se comprenden a la perfección con su jefe, que se despacha con algunos de sus solos más interesantes en años. A lo largo de los casi 90 minutos de Psychedelic Pill, tocan relajados, desplazándose a lo largo de las minimalistas improvisaciones con la seguridad absoluta que tantos años de colaboración les han dado, pero sin un rastro de displicencia. El mismo ambiente relajado se deja oír en las interpretaciones de Americana, sólo que en este último disco, por la naturaleza misma del proyecto, son más concisas y melódicas. No obstante, ambos proyectos comparten el sonido inigualable de Neil Young & Crazy Horse: guitarras muy distorsionadas, pero sensibles; largos y graves acoples finales; la belleza de una simplicidad nunca mediocre.
Música de las entrañas, diría si no sonara un tanto escatológico. En realidad, es música que viene directamente del corazón, si se me perdona el lugar común.