Podríamos decir tantas cosas acerca de la realidad argentina actual. Y la internacional no se queda atrás, obviamente. Pero: ¿valdría realmente la pena? NADA es ante todo un espacio sembrado con semillas de florecitas dementes pero nobles. Además de denunciar el carácter corrupto del mundo, hay que promover la belleza, la inteligencia, la inspiración, el arte y demás valores que son los que redimen a nuestra brutal especie. Tal vez deberíamos dejar de mencionar a Kirchners, Macris, Chaveces (el plural de Chavez, porque a nosotros se nos canta que así sea) y demás escoriaces (plural del plural de "escoria") para dar más espacio a Van Gogh, Coltrane, Sabato y otros Artistas con una A fornida y muy mayúscula.
Esto no es ignorar la realidad, simplemente se trata de incentivar nuestra inteligencia y la de los señores lectores. Porque el pútrido status quo, creo yo, le teme más a un hombre con autonomía de pensamiento, con apertura mental, a un hombre de profundidad espiritual y creatividad que a un opositor dogmático con pancarta que se diferencia de él en forma, pero no en fondo.
Después de todo, el cambio debe ser MENTAL por sobre todas las cosas.
Queríamos expresar estos modestos conceptos en vez de publicar decenas de comentarios acerca de los criminales de turno. El mango de la sartén se consigue con fuerza, pero una vez obtenido hay que lograr que ya nadie termine frito. Estos cambios se darán siempre y cuando nos diferenciemos, y muy en serio, de aquellos que deploran nuestra vida y demostremos que tenemos con qué crear una mejor y más rica realidad.
miércoles, 23 de febrero de 2011
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