La ignorancia popular postula que las segundas partes nunca han sido buenas. Esa sentencia no nos inquieta realmente.
Nada moría por dentro con mucha peridiocidad, aunque no lo dijéramos. Finalmente, el 6 de marzo murió oficial y explícitamente, pero como verán no se puede confiarni en la muerte ya. Quienes hacemos Nada nos retorcimos, logramos forzar nuestros ataúdes, nos abrimos paso entre la espesa tierra y, agusanados y a medio pudrir nos sentamos amortajados ante nuestros escritorios para dar nuevamente rienda suelta a la neurosis literaria, a las humoradas que ni siquiera nosotros comprendemos y todos esos desatinos verbales que nos caracterizan tanto a nosotros como a los millones de espacios que se dedican a lo mismo.
¿Qué se trae entre manos esta Nada de ultratumba? ¿Qué desaciertos aprieta entre sus huesudas manos? El tiempo dirá, como siempre, pero suponemos que la línea editorial (curva editorial, tal vez) se mantendrá intacta.
Hay mucho que hacer, mucho gusano que echar y mucha reconstrucción que iniciar.
Bienvenidos, pues, a una nueva época de sana pudredumbre.
Ilustración: Edmund J.Sullivan