LA FRASE DEL PERIODO DE TIEMPO QUE VA DESDE SU PUBLICACION HASTA SU REEMPLAZO POR OTRA

"Sin la facultad de olvidar, nuestro pasado tendría un peso tal sobre nuestro presente, que no soportaríamos abordar un solo instante más, y mucho menos entrar en él. La vida sola le resulta soportable a los caracteres triviales, a aquellos que, precisamente, no recuerdan."
(E.M. Cioran)

viernes, 4 de diciembre de 2009

ACTÚE EN CASA


Les traemos un guión del comediante Nardo Alvez para que puedan representar en sus casas.
Simples instrucciones: conseguir dos personas dispuestas, mal que mal, a actuar (y una tercera para un papel muy pequeño cerca del final); seguir el guión a rajatabla; esperar la ovación y el pedido de bis (para eso, se debe conseguir un público con anterioridad).
Helo aquí, pues:

La acción tiene lugar en un comercio:

A: Buenas (mientras mira hacia arriba y a los costados buscando algo)
B: Buenas tardes, ¿buscaba algo?
A: No, no (sigue inspeccionando el lugar) no buscaba nad....(gritando) ¡ahí está! Lo encontré
B: ----- (confundido)
A: El extintor de incendios. Es lo primero que busco cuando entro a un negocio.
B: Ah, entonces algo buscaba
A: No
B: Sí, buscaba el extintor de incendios, no me diga que no
A: Sí, pero pensé que su pregunta había sido formulada con el fin de ofrecer algún tipo de asistencia en el hipotético caso de yo pudiera o pudiese estar embarcado en alguna clase de búsqueda directamente relacionada con los artículos que están en exposición y a su vez a disposición de cualquier persona que deseara o desease ser dueño o dueña legal de los mismos mediante una previa operación comercial o intercambio del tipo monetario a realizarse en su establecimiento, claro está.
B: (mientras A decía su diálogo, B estaba distraído) Eh?
A: Polainas quería
B: Perdón?
A: Polainas, polainas (señalando hacia abajo)
B: (señala hacia abajo confusamente) Polainas no tenemos señor
A: (sonriendo con complicidad) Ah, está bien, no tienen. Ja. ¿cuánto están?
B: Le digo que no tenemos
A: Ah, bien, bien, entiendo. (le sonríe exageradamente a B)
B: Señor, le hablo en serio
A: Ah, genial, es decir que vengo exclusivamente a una polainería y no tienen polainas, mire usted que interesante
B: (exaltado) Polei, polai, poloi, pol..pol qué???
A: No ve que usted me toma el pelo, señor? Ahora no sabe pronunciar polainería?
B: Es la primera vez que escucho la palabra, sepa disculpar.
A: Bueno. (bajando la voz) No se lo tome a mal, pero hay que saber ponerle el límite a una broma, porque sino la gracia se pierde, ¿me explico? Yo sé que usted lo hace con el noble fin de entretener al cliente, pero piense también que es posible que muchas personas quieran entrar aquí buscando no más que una fría y obligatoria relación comercial, obviamente necesaria para poder intercambiar el dinero por el producto, ¿no? Ojo, a mí no me molesta, eh, pero bueno, hay que saber (me parece, es mi modesta opinión) ponerle un tope a la rutina cómica porque la repetición o la insistencia excesiva va en detrimento de la gracia que pueda causar. No es que yo sea un teórico del humor, no, para nada, es más, le escapo por lo general a los marcos teóricos, soy más bien una persona romántica, en el sentido de que, bueno, trato de..bueno, ya sabemos, en fin....polainas, pues.
B: Le digo que no hay polainas
A: Le pregunto entonces una vez más: ¿qué clase de polainería es esta?
B: Miré, se lo digo por última vez: esto no es una polainería, no existe además un negocio que se llame así, nunca existió ni existirá jamás. Esto es una marroquinería!
A: Ah, marroquinería, pero el cartel del frente dice otra cosa, me parece, ¿no?
B: Hagame el favor, salga y fijese si tantas dudas tiene, sientase libre de inspeccionar el cartel.
A: Perfecto (se va)
(A regresa)
B: ¿Y? ¿Qué decía el cartel?
(A levanta los hombros infantilmente)
A: De igual manera, tendría que vender polainas, ¿no le parece?
B: Señor, no existen más las polainas
A: (exaltado) ¿¿Ah, no?? Cómo se ve que usted nunca anda por Avenida de Mayo, eh. Hágame el favor, vaya un día y fijese, no le vendría nada mal estar atento a las tendencias de la moda y dejar de vender cosas obsoletas como eseeee, eeeeh, eeeel, bueno, aquel, bueno, ese coso de ahí
B: (con tono serio) Un cinturón
A: Siii, exacto, el cinturón, cosa que ya nadie...bueno, ya sabe, bla bla bla
B: (con tono serio) Y las polainas se usan mucho, dice usted.
A: Si señor
B: Por Avenida de Mayo
A: Avenida de Mayo, sí señor, entre tantos otros lugares
B: ESTAMOS sobre Avenida de Mayo
A: Eh?
B: Este negocio está sobre Avenida de Mayo
A: (animado) Ah, que conveniente entonces, salga, salga a ver
B: (exaltado) Basta señor! Vaya, busque polainas en la polainería, pregunte a los cientos de transeúntes con polainas, reúnase con ellos, forme un club, reúnanse todos con las polainas recién lustradas, pero no insista más acá. Acá no vendo polainas, no me interesan, prefiero perder dinero, soy un comerciante que gusta vender excentricidades como cinturones, carteras y bolsos.
(A se entristece notablemente)
B: Bueno, no se lo tome así, es que me hartó un poco, no le voy a mentir.
A: No, no se disculpe, lo entiendo. Me dejo llevar por la desesperación. Ah, todo por ella
(B mirá hacia todos lados confundido)
B: ¿Eh?
A: Ella, ah, si supiera cómo la amo. Y siempre me exige cosas extrañas. Ah, pero añoro su voz: “Joe... Joe... Joe” Porque ella me llama Joe, por “Joseph”
B: Ah, se llama Joseph usted?
A: Yo? Yo me llamo Alejandro. Ella me llama así porque me parezco a un tío abuelo que ella tenía, según parece. Un tío que ella quería mucho.
B: Ah, el tío Joseph
A: No, Raimundo se llamaba....pero le decían Joseph. En realidad, así le decía una tía de él que estaba medio loca. La tía Delfina. Bah, así le decían, porque en realidad no se llama...
B: (interrumpe ya molesto) Bueno, vayamos al grano, ella le pide que use polainas?
A: La tía Delfina? No, ya está muerta, pobre
B: No!!! Su “amada”, le pide que use polainas?
A: Ahhhh, mi... ah, pensé que me preguntaba, ehhhh ... No, no, lo de las polainas es cosa mía.
B: ------
A: Es que me dijo que no me vestía de forma elegante, que ella quería un hombre en serio...
B: Ah, por favor, señor. Escúcheme, usted tiene que quererse, respetarse un poco, caramba. Vaya con la frente en alto, usted no es un desecho, no señor. Ninguna mujer, ningún hombre ni mujer vale la integridad y la dignidad de otra persona.
A: Sí, ya lo sé, pero ella....miré acá hay una foto de ella
(B la mira y queda pasmado e inmediatamente enamorado. Entra la esposa de B)
Esposa: Querido, mirá que van a venir los de los bolsos, eh. (B la ignora en pleno idilio mental) Eh, querido, eh!
B: (totalmente exaltado) ¿¿Qué, qué pasa, mujer horrible?? (la esposa se va aturdida). Óigame, usted tiene que hacer algo. Vista de forma elegante, no se deje estar, piense en todo lo que usted la ama y....
A: (totalmente relajado) Sí, ya vamos a ver qué hacemos
B: No, no, “vamos a ver” no. No se deje estar, usted no puede....
A: Bueno, en todo caso, ella se lo pierde, qué tanto
B: (confundido)
A: Es que hablar esto con alguien me hizo quitarle importancia. Es como si ahora pudiera verlo todo de afuera. Soy un hombre libre, caramba, con valores, con cualidades. No puedo andar rebajándome constantemente ni por una mujer ni por nada en este mundo. ¡Libres aquellos que no están más que atados a sus propios juicios de valor! Hora de transgredir las limitaciones, señor, que se sepa bien sabido.
B: Me parece muy bien, lo felicito.
A: Gracias por todo, eh
B: no, no agradezca, buen hombre
A: Adiós y suerte
B: adiós , eh se olvida la foto, eh
A: Ah, sí, la foto, pero ya no importa, (mirando la foto) no importan esos ojos, ni esa boca ni eessss (totalmente embelesado y triste) Ay, Dios, que horrendo es todo sin ella
B: Pssss, no sé qué decirle...
A: No diga nada, deje (se va cabizbajo)
(Mientras A sale entra otro cliente)
A: Perdón, una polainería por acá cerca?
Otro cliente: (señalando hacia abajo) polainería? Sí, sale, va para la izquierda hasta la esquina, dobla, mitad de cuadra, mano de en frente.
A: Gracias

FIN

Lo que se dice: un plato

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