LA FRASE DEL PERIODO DE TIEMPO QUE VA DESDE SU PUBLICACION HASTA SU REEMPLAZO POR OTRA

"Sin la facultad de olvidar, nuestro pasado tendría un peso tal sobre nuestro presente, que no soportaríamos abordar un solo instante más, y mucho menos entrar en él. La vida sola le resulta soportable a los caracteres triviales, a aquellos que, precisamente, no recuerdan."
(E.M. Cioran)

viernes, 2 de noviembre de 2012

UN GRAN AÑO PARA NEIL


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Si ignoramos algunos primitivos proyectos anteriores de corta duración y de fama barrial y consideramos el primer disco de Buffalo Springfield como el real comienzo de su carrera, Neil Young lleva ya 46 años haciendo música. A pesar de tan largo trayecto, no se lo nota cansado a este hombre que está a días de cumplir 67 años, sino todo lo contrario, de hecho. Hace unos meses editó Americana, y ahora nos trae su nueva obra, Psychedelic Pill. Lo destacable es no solo la calidad de ambos discos, sino también el hecho de que ocuparán un lugar especial en su vasta discografía. Americana consiste en una colección de versiones de antiguos temas (algunos clásicos, otros de origen oscuro) del cancionero tradicional estadounidense. Psychedelic Pill, por su parte, nos presenta la última cosecha compositiva de Young. Su guitarra de timbre distorsionado inigualable resuena a lo largo de extensos pasajes, de los más largos que haya editado en toda su historia. Hoy en día no resulta frecuente que un grupo incorpore un tema de 27 minutos en un disco, pero a Neil no parece interesarle. Tampoco está interesado en la tendencia actual de que muchos los discos estén espantosamente masterizados a un nivel de decibeles excesivamente alto que arruina la fidelidad del sonido, y con procesos de compresión que anulan toda posibilidad de sutileza sonora. Los discos de Neil Young (grabados en cintas análogas), tienen un sonido cálido, natural, agradable, claro, exótico para los tiempos que corren (lo mismo puede decirse del último disco de Dylan, dicho sea de paso). Y si bien Young manifiesta (inclusive en sus letras) su desprecio por el sonido comprimido en MP3, el disco sigue sonando perfectamente bien en dicho formato.
Otra particularidad de los dos discos que Young editó este año es la banda que lo acompaña: nada más y nada menos que Crazy Horse, compañeros fieles (con intermitencia) desde 1969, pero que no grababan junto a él desde el disco conceptual Greendale, en 2003. Rústicos, sólidos y efectivos, los Crazy Horse se comprenden a la perfección con su jefe, que se despacha con algunos de sus solos más interesantes en años. A lo largo de los casi 90 minutos de Psychedelic Pill, tocan relajados, desplazándose a lo largo de las minimalistas improvisaciones con la seguridad absoluta que tantos años de colaboración les han dado, pero sin un rastro de displicencia. El mismo ambiente relajado se deja oír en las interpretaciones de Americana, sólo que en este último disco, por la naturaleza misma del proyecto, son más concisas y melódicas. No obstante, ambos proyectos comparten el sonido inigualable de Neil Young & Crazy Horse: guitarras muy distorsionadas, pero sensibles; largos y graves acoples finales; la belleza de una simplicidad nunca mediocre.
Música de las entrañas, diría si no sonara un tanto escatológico. En realidad, es música que viene directamente del corazón, si se me perdona el lugar común.

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