LA FRASE DEL PERIODO DE TIEMPO QUE VA DESDE SU PUBLICACION HASTA SU REEMPLAZO POR OTRA

"Sin la facultad de olvidar, nuestro pasado tendría un peso tal sobre nuestro presente, que no soportaríamos abordar un solo instante más, y mucho menos entrar en él. La vida sola le resulta soportable a los caracteres triviales, a aquellos que, precisamente, no recuerdan."
(E.M. Cioran)

martes, 26 de febrero de 2008

¡ESCUCHE ESTO, NO SEA PÁNFILO!


Hace unos meses, en los albores de NADA escribí: “John Fahey era un genio de la guitarra. Insisto: un genio. En caso de que alguno de ustedes haya dudado de tal afirmación, a las pruebas los remito. Hoy les hago una breve reseña de “The Great San Bernardino Bithday Party”, disco que el guitarrista norteamericano editara en 1966.

La música de Fahey no es para todos los gustos. Pero: ¿existe acaso alguna música apta para todos los gustos? No, así que olvidemos la primera oración de este párrafo y por ende el resto del mismo.

La mayoría de los discos de Fahey consisten en piezas para guitarra acústica solista. Su sonido está bien arraigado en el folklore estadounidense y el blues, pero tanto elementos de compositores clásicos como Ives, Bartok y músicas orientales se suman a las influencias del músico. El disco del que les hablaré, el cuarto en la discografía de Fahey (de ahí el “Vol.4” de la tapa), fue el primero que incluyó la participación de otros instrumentos también. Las grabaciones contenidas en este volumen fueron producidas entre 1962 y 1966 en variadas circunstancias: algunas estás grabadas en estudio y otras de forma más cruda por el mismo guitarrista con un grabador de cinta. Por ende, la calidad de sonido varía a lo largo del disco.
La composición de apertura es la sublime “The Great San Bernardino Birthday Party and Other Excursions”, una de las obras capitales de Fahey. A lo largo de los diecinueve minutos que dura la pieza, Fahey logra crear un universo sonoro subyugante. Acordes aplomados que se suceden lentamente y fluidos pasajes de fingerpicking conviven en una pieza hermosa e hipnótica, con momentos joviales y fragmentos lúgubres. Las secciones de slide de este tema son por momentos estremecedoras. Las últimas seis notas de esta sinfonía para guitarra expresan, según el autor: “futilidad, desesperanza y resignación existencial acomplejada por un absurdo ontológico”. En contraste, "Knott’s Berry Farm Molly" tiene un tono alegre y se caracteriza por sus porciones de guitarra reproducidas con la cinta en reverso. Según parece, Fahey se interesó en ese procedimiento tras escuchar “Rain”, de los Beatles. "Will The Circle Be Unbroken" fue grabado en una iglesia en 1962. Fahey es acompañado por un órgano tocado por un tal Flea (que nada tiene que ver con el músico hoy conocido con ese nombre). Esta pieza es por momentos irregular y no muy fácil de digerir, aunque el tema siguiente es el más llamativo en cuanto a su estructura. Se trata de "Guitar Excursions Into The Unknown", grabado en 1963. La guitarra parece realmente dirigirse a lo desconocido como el título indica. “Es una de mis mejores piezas. Durante un tiempo tenía miedo de editarla pensando que nadie sería capaz de disfrutarla. No estaba seguro de mis propios sentimientos hacia ella hasta que Al Wilson prácticamente me obligó a ponerla en un disco. Ahora puedo escucharla sin temor a enloquecer, pero llevó su buen tiempo”. Al Wilson, músico amigo de Fahey, lo acompaña tocando un Vina (antecesor del sitar) en "Sail Away Ladies", improvisación grabada en 1962 con marcados matices hindúes. Wilson se llevó de premio el Vina, instrumento que Fahey nunca logró aprender del todo y menos con la velocidad con la que su amigo lo logró (“lo aprendió a tocar en dos días”). En "900 Miles", también de 1962, la guitarra se acompaña de una flauta tocada por Nancy McLean. Por momentos, esta bonita composición se acerca a un folklore más europeo, si bien Fahey cita (como hacía usualmente) melodías del más primitivo cancionero norteamericano. El disco termina con el breve y bellísimo "Oh Come, Oh Come Emmanuel", un himno cristiano del siglo XIX ejecutado a solas por Fahey.

Como se podrá sospechar tras la lectura de esta breve nota, el espectro musical de las grabaciones de John Fahey es muy amplio, tanto como su discografía. Toda crítica, no más se trate de una reseña como esta, es opinión personal, me permito una meta-opinión y los invito a tratar de conseguir tanto este disco como otros de este genial músico. Acá estamos evaluando la idea de proveerlos con al menos un tema para que escuchen y poder hacer la recomendación un tanto más completa. A esperar, ya vendrán tiempos más empíricos.

¡Y los tiempos empíricos llegaron!
Para escuchar "Guitar Excursions Into The Unknown" dirigansé a http://rapidshare.com/files/95236474/04-Guitar_Excursions_into_the_Unknown.mp3.html
(y abran sus mentes)
Para acceder a "Oh Come, Oh Come Emmanuel", no tienen más que ir hasta http://rapidshare.com/files/95237467/07-Oh_Come__Oh_Come_Emanuel.mp3.html

NADA
comparte sus riquezas con todos (con casi todos) (con algunos, bueno).


Rne

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