LA FRASE DEL PERIODO DE TIEMPO QUE VA DESDE SU PUBLICACION HASTA SU REEMPLAZO POR OTRA

"Sin la facultad de olvidar, nuestro pasado tendría un peso tal sobre nuestro presente, que no soportaríamos abordar un solo instante más, y mucho menos entrar en él. La vida sola le resulta soportable a los caracteres triviales, a aquellos que, precisamente, no recuerdan."
(E.M. Cioran)

martes, 9 de septiembre de 2008

EL FIN DE LA DECENCIA ES MÁS VIEJO QUE LA DECENCIA MISMA

Hay quienes sostienen que somos testigos de la decadencia televisiva más grande de la historia del Universo conocido. El apogeo de lo soez y obvio, la total ausencia de ingenio y de creatividad, la excesiva presencia de publicidades y otros factores son los que alimentan la teoría de que la televisión está transitando su peor momento. Aunque en "Nada" despreciemos la televisión actual, y consideremos que siempre ha sido un medio desperdiciado y mal utilizado (aunque han existido agradables excepciones, claro), debemos decir que, en todo caso, en lo que concierne a la exposición constante de anatomías, casi siempre femeninas, livianas de ropa, la televisión fue igual en todas las épocas. El televisor siempre fue el marco de glúteos, pectorales siliconados y pubis a medio cubrir, no sólo en horarios destinados a los adultos, horarios proclives a la presencia de televidentes menores, sino qeu también directamente en programas dirigidos a aquellos menores.
Según la estupidez popular, una imagen dice más que mil palabras, así que no perdamos más tiempo gastando saliva:


Como bien podemos observar en este fotograma perteneciente a la serie "Las Aventuras de Super Hijitus", el personaje de "la vecinita de enfrente" muestra sin demasiado reparo su ropa interior ante las miradas atónitas en un principio, pero luego láscivas, de Hijitus y Oaky, quien manifestaba estar "loco loco" por la blonda degeneradita. No nos extraña que una ebullición hormonal tuviera lugar en Oaky cuando observamos el desenvuelto y libertino andar de su vecinita (diminutivo que obviamente sugiere un mórbido erotismo). Si observan bien, además de los dos casi infartados infantes, podrán ver la nariz de Largirucho (¿subliminal símbolo fálico?) asomada por la ventana, lo cual agrava la situación moral de la escena, ya que la niña es una menor y el narigudo personaje es un adulto. Que Oaky esté al borde de la combustión espontánea, vaya y pase, pero que un mayor esté asomado observando los provocativos movimientos de una niña es realmente inadmisible. Un horror.
Finalizamos destacando que este programa comenzó a pasarse en televisión en la década del 70, y que por lo tanto podemos afirmar que lo obsceno está en nuestros hogares desde hace ya mucho tiempo.


Detalle de la escena producto de la mente de algún enano moral

No hay comentarios: