LA FRASE DEL PERIODO DE TIEMPO QUE VA DESDE SU PUBLICACION HASTA SU REEMPLAZO POR OTRA

"Sin la facultad de olvidar, nuestro pasado tendría un peso tal sobre nuestro presente, que no soportaríamos abordar un solo instante más, y mucho menos entrar en él. La vida sola le resulta soportable a los caracteres triviales, a aquellos que, precisamente, no recuerdan."
(E.M. Cioran)

martes, 18 de enero de 2011

LATNEMITNES OIROTLUSNOC

Las vacaciones veraniegas no hacen más que traer complejidades sentimentales. Es así que a nuestro especialista en cuestiones amorosas y afines, Eduardo Carranza, le llegaron infinidades de desesperadas misivas sedientas de soluciones urgentes. Ay, el amor, o lo que sea.

Estimadísimo Carranza:
Le escribo desde las infernales arenas de una playa a cuyo recuerdo la eterna infamia aguarda. La playa en la que mi mujer se alejó de mí para disfrutar de las bondades de un vendedor de churros. ¿Cuánto debo esperar para dejar fluír mis ímpetus de conquista y focalizarlos en la morocha de bikini fucsia que siempre está cerca de mi sombrilla, sobre todo porque yo siempre tomo la precaución de ponerla cerca de ella? Le pregunto porque ya veo que en el cualquier momento a esta chica se le terminan las vacaciones.
(Mauro Ricochet, costa atlántica, calor de locos)


Carranza dice... todo depende de las medidas de la fémina en cuestión y del calor que esté haciendo. Digamos que debe sumar las tres medidas de su objeto de conquista y dividirlo por la cantidad de grados de temperatura (escala Celsius). Si no, otra manera se basa en medir la temperatura de su propio cuerpo, pero yo sinceramente recomiendo el método antes mencionado.


Carranza: mire, el asunto es que yo soy un tipo de laburo, alguien simple, vio, y resulta que viene una señorita que me insiste con cosas, qué sé yo, yo no le creo, para mí que no le intereso yo, vio, ella quiere comer los churros que yo vendo, porque yo soy vendedor de churros, vendo churros en la playa, soy un vendedor, de eso vivo, los vendo a los churros, soy vendedor, y esta señorita viene con proposiciones medio así raras, pero quiere churros gratis, yo las conozco a estas, no sé, medio que no sé qué hacer, me confunde, vio. Soy vendedor. De churros. Vendo churros.
(Anselmo Poirot, Santa Teresita, o no tan santa, según dicen algunos)

Carranza dice... aproveche, el vendedor de churros es muy buscado por las mujeres ya que a ella se las conquista por el estómago. Bah, depende la mujer, y depende el estómago. En realidad, cómo se las conquista, no sé. Pero piense una cosita: ¿por qué se dice que un hombre apuesto es un "churro"? Piense, piense... pero no demasiado.


Señor Carranza: no me puedo enamorar, no hay caso. No me atraen los hombres, mucho menos las mujeres. Sinceramente este asunto me importa un comino, pero todos me dicen que está mal vivir así y que debo buscar ayuda, que debo entregarme al amor urgentemente. ¿Usted qué dice?
(Vivian Beatriz Esmeralda Conex, La Lucila, República de Pehuamar)

Carranza dice... mandame una foto tuya, tu teléfono y evaluamos cuán pronto debés entregarte al amor y demás asuntos. También anexá los datos de tus medidas, así empiezo a hacer unos cálculos.


Doctor: una supuesta luminaria de brotes morados, un triatlón de gónadas del tenedor tricolor, pasta de motas, y la princesa hosca, y el rebote de las varillas de una ciudad de felpa, un maletín, naftalina del rencor.
(Lola Dominguez, Bernal, pero bien el centro, eh)

Carranza dice... no soy doctor y esto no es el Concurso Abierto de Mala Poesía Surrealista. Gracias.


Señor Carranza: estoy viviendo un romance con un hombre mayor que yo. Él cree que mi amor se alimenta de interés, cree que busco algo a cambio. Pero le juro por lo que más quiero en el mundo (la gaseosa Teem) que mis intenciones son sinceras, hijas de un real amor. Es más, me gustaría tener hijos con él y que fueran en un futuro vendedores de churros como el padre. ¿Cómo hago para convencerlo de mis sentimientos sinceros?
(Mariel Virg, una playa a cuyo recuerdo la eterna infamia aguarda, un calor de locos)

Carranza dice... pobre Teem, con razón ya no existe.


El verano no está excento del dolor de las penas de ese coso, ¿cómo es? ah, amor, sí. De eso, sí.

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