LA FRASE DEL PERIODO DE TIEMPO QUE VA DESDE SU PUBLICACION HASTA SU REEMPLAZO POR OTRA

"Sin la facultad de olvidar, nuestro pasado tendría un peso tal sobre nuestro presente, que no soportaríamos abordar un solo instante más, y mucho menos entrar en él. La vida sola le resulta soportable a los caracteres triviales, a aquellos que, precisamente, no recuerdan."
(E.M. Cioran)

miércoles, 13 de febrero de 2008

¡AH, GENTE INMUNDA!

La cuestión es de una simplicidad notable. Los vagones del subte tienen puertas en ambos laterales, lo cual permite que un mismo vagón pueda ser utilizado tanto a la ida como a la vuelta del recorrido sin tener que hacer un giro en “U”. Un acierto, sin dudas. Por lo tanto, cuando un vagón hace una escala en una estación, una de las puertas da al andén y la otra a las vías. Una de ellas se abre, la otra no. Por una de ellas descienden los pasajeros, por la otra no. Este simple procedimiento no tiene lugar en las terminales, puesto que ambas puertas por lo general terminan -dadas las condiciones físicas de las terminales- enfrentando andenes (hay excepciones, claro, pero por lo general es así). Para facilitar el recambio de pasajeros, muchos motormen (no todos) tienen el buen tino de abrir una de las puertas para que el pasaje baje y, una vez terminada la maniobra, proceden a la apertura de la puerta opuesta para que el nuevo grupo de pasajeros suba. De esta manera, el intercambio se agiliza notablemente. Ahora bien, de puro curioso pregunto: ¿por qué corno hay tantos imbéciles buenos para nada que, haciendo gala de su necedad crónica, deciden esperar a que la puerta destinada a los pasajeros que ascienden se abra para recién descender? ¿Qué diablos ganan bajando por la otra puerta? Tiempo no, seguramente, pues tienen que esperar a que todos sus compañeros de viaje terminen de bajar, a que las puertas destinadas al descenso se cierren y a que las otras se abran. ¿Entonces? ¿Es la pura costumbre de ser molestos, de ser irritantes, de ser malditos infradotados mentales? ¿Es placer lo que les causa entorpecer innecesariamente el ascenso a los vagones con sus pintas de oligofrénicos por elección? ¡Ah, gente inmunda!

4 comentarios:

Dr. Gambetta dijo...

La sociología siempre encontró material riquísimo para sus tubos de ensayo en los medios de transporte porteños.
Múltiples actitudes irracionales se suceden en autobuses, trenes, andenes, paradas, vagones, asientos, etc.
No se ofusque RNE, no pierda el tiempo explicándose la absurda necedad del ser urbano.

Anónimo dijo...

Me encanta la gente que viaja en el subte.

Rodolfo, chofer de la 59

Anónimo dijo...

En realidad si ganan tiempo,porque es tanta la gente que baja del subte o tren, que es mas rapido esperar a que abra la puerta opuesta e irse rapido a los molinetes, y no tener que hacer toda la cola de gente que acaba de bajar... Lo comprobe por experiencia.
El mundo no es como usted piensa RNE, aceptelo

Rne dijo...

Ah, o sea que usted es uno de esos imbéciles insoportables. Y encima no pone su nombre cuando comenta. no, si estamos bárbaro.

Rne