CINISMO EN HORARIO CENTRAL

Anoche, las historias de ficción hechas en molde que se transmiten a diario por televisión fueron interrumpidas por otro género ficcional, también hecho en molde: las cadenas nacionales de la presidente. Lástima que, a diferencia de los clichés de las series de televisión, que se prestan al análisis humórístico con facilidad, el verborrágico racimo de absurdos expuesto en estos (cada vez más recurrentes) actos proselitistas no consiguen más que consagrarse con toda justicia entre los momentos más cínicos de nuestra Historia reciente.
Anoche, la excusa fue el Día del industria. Celebrar el Día de la industria en Argentina es algo así como celebrar el Día del bandoneonista en Brasil. Se trata en ambos casos de conmemorar la existencia de una especie rara y escasa. Con la diferencia, claro, de que Brasil nunca tuvo una tradición de bandoneonistas, mientras que Argentina sí supo tener industrias en algún momento ahora más pretérito que nunca. ¿Se debió la caída de la industria nacional a la inclinación de las nuevas generaciones por cultivar las artes y el pensamiento y descuidar la técnica? No, más bien se trató de una política económica sistemática que destruyó todo avance industrial, política que se agudizó gravemente con Martínez de Hoz y luego durante el reinado de Carlos I (de Argentina, no de España ni de Francia, eh). Los gobiernos que vinieron luego tuvieron facilitada la tarea, ya que no quedaba nada por destruir. Entre los embustes del kirchnerismo, se destaca el que postula una notable reactivación económica e industrial. Humildemente, la invitamos a la presidente de todos los argentinos y argentinas a verificar el origen de la mayoría de los productos, para que vea que sería mucho más sensato festejar el Día de la mano de obra esclava china, o el Día del empresario industrial brasilero. ¿O por qué no enmarcar estos festejos en un gran Día del producto importado? Ah, no, cierto que las importaciones están restringidas.
Para que el gobierno vea que a pesar de todo queremos colaborar, le proponemos a nuestra omnipresente oradora algunas celebraciones que se ajustarían perfectamente a nuestra idiosincracia:

* EL DÍA DEL MARGINADO SOCIAL AL CUAL EL ESTADO LE TIRA UN PAR DE HUESOS CADA TANTO CUANDO SE ACERCAN LAS ELECCIONES, NO SEA COSA QUE  NO SE COSECHE LA MISERIA MENTAL QUE SE VIENE SEMBRANDO DESDE HACE DÉCADAS YA.
* EL DÍA DE LA OPOSICIÓN DESASTROSA QUE, ADEMÁS DE INEPTA, ESTÁ ESPERANDO QUE UN DÍA SE DE VUELTA LA TORTILLA PARA PODER SAQUEAR LO POCO QUE QUEDE.
* EL DÍA DEL NARCOTRAFICANTE, ENGRANAJE VITAL DEL MECANISMO ECONÓMICO NACIONAL.
* EL DÍA DEL CIUDADANO DOMESTICADO, ENGRANAJE VITAL DE LA FALSA DEMOCRACIA NACIONAL.
* EL DÍA DEL PATRIOTERO, ENGRANAJE VITAL DEL DISCURSO NACIONALISTA TROGLODITA.
* EL DÍA DEL PÉNDULO, SÍMBOLO UNÍVOCO DE LA DINÁMICA POLÍTICA NACIONAL.
* EL DÍA DEL MALNACIDO, MOLDE PRIMIGENIO DEL PATRIOTA MODERNO.
* EL DÍA DEL MALTRATO A LOS INDIOS (PERDÓN, PUEBLOS ORIGINARIOS, RESPETÉMOLOS NOMINALMENTE MIENTRAS LOS MOLEMOS A PALOS).

Y, finalmente, ya que sin dudas es parte de nuestra idiosincracia tras la profundización del modelo:

* DÍA DE LA CADENA NACIONAL SIN IMPORTAR EL MOTIVO QUE FUERE.

"Juan Vital Sourrouille, el hombre que hacía que odiara las cadenas nacionales ya desde niño. Claro que, ahora que lo pienso, hablaba muy cada tanto" (Rne).

Postal para el Día del malnacido.